“La lluvia comenzó antes del mediodía y, en cuestión de segundos, estábamos tapados de agua. Los pocos autos que pasaban nos salpicaban y ese día no vendimos nada. Fue terrible”, contó Irma Lastra a LA GACETA. Ella hace empanadas y las vende en la esquina de Bolivia y avenida República de Siria y aseguró que el agua se llevó todo. “Gracias a los obreros que están trabajando nos pudimos resguardar. Hoy estamos con todo prestado”, dijo.
El suyo no es el único testimonio. Los vecinos del lugar denuncian que, cada vez que llueve la zona se inunda y los robos se repiten. El sábado pasado no fue la excepción: las calles quedaron anegadas y, según relatan, vieron cómo grupos de personas aprovechaban la situación para robar.
Irma trabaja en el lugar desde hace cuatro años y nunca le había ocurrido algo así. “En esta zona, cuando se inunda, sabemos que salen a robar. He perdido el horno y el gazebo. Vi cómo se llevaban mi garrafa, lavarropas, heladeras, todo lo que encontraban. A los autos que estaban parados los empujaban para que abran la puerta o la ventanilla y les pedían plata”, describió.
Francisco, quien ayuda a Irma con el negocio, señala que la Policía había prometido una garita, pero nunca se instaló. “Nadie se acercó a vernos. De vez en cuando un policía pasa, pero después desaparecen. Vivimos con miedo”, sostuvo.
“Soy jubilada y todos los días vengo para esta zona. Me dio una crisis, que no podía ni llorar. Mi marido y mi hijo vinieron y llamamos a los bomberos. Estuvimos hasta las cinco de la tarde tratando de buscar una solución y las empanadas que nos quedaron se las dimos en agradecimiento a los obreros que nos ayudaron”, dijo Irma asegurando que no le queda otra que salir a trabajar.
En Siria al 1.400, en un local de automotores, la situación fue similar. “Este es nuestro primer día abiertos al público y seguimos limpiando. Nuestro local se inundó y encima nos intentaron robar, pero por suerte estaba la Policía y la sacamos barata. Hoy seguimos sacando agua y limpiando el barro”, relató uno de los empleados.
Los vecinos aseguran que esto se repite cada vez que llueve. “Hace cuatro años que veo lo mismo. Llueve, se inunda y vienen a esta esquina a robar a los autos y motos que se quedan varados por el agua”, lamenta el comerciante.
La tierra acumulada en la platabanda deja en evidencia las consecuencias que dejó la tormenta en la zona. Los vecinos coinciden en que, cada vez que el agua sube los robos son inevitables. Aseguran que el barrio está olvidado. Otra de las denuncias recurrentes es la falta de semáforos en la misma esquina, lo que provoca accidentes diarios. “Como es avenida, muchos vienen a alta velocidad y no frenan”, advirtieron.
El violento robo piraña a una mujer embarazada
Florencia Caballero se encuentra cursando un embarazo de cinco meses. Durante la tormenta, quedó atrapada con su camioneta y fue asaltada por un grupo de 10 a 15 delincuentes. Mientras ocurría algunos vecinos grabaron la situación pero nadie intervino. Los ladrones escaparon con su billetera y tarjetas.